Los aceites de oliva vírgenes son extraídos por procesos mecánicos o físicos que permiten obtener el “zumo” de la aceituna de forma natural. No se obtiene de la primera prensada.
Es igualmente un producto de calidad, pero presenta unas cualidades organolépticas que no representan la perfección, como en el caso del virgen extra. Sus cualidades organolépticas son buenas.