A diferencia de la leche vacuna, la caprina posee un alto poder de digestibilidad: sus glóbulos grasos son muchos más pequeños que los de la leche vacuna, y su concentración, el doble, lo que disminuye notablemente el tiempo de residencia en el estómago y el tránsito intestinal.
Sus importantes niveles de hierro la hacen especialmente indicada en casos de anemia. Es rica en ácidos grasos: Cáprico, Caprílico y Capróico, estos proveen de energía para el crecimiento y tienen efectos hipocolesterolémicos. Beneficiosos para pacientes con mala absorción.
SUS PROTEINAS, AZÚCARES, VITAMINAS A Y B, CALCIO, FÓSFORO, POTASIO, Y BAJO CONTENIDO DE SODIO HACEN DE LA LECHE DE CABRA UN ALIMENTO ÚNICO. La leche de cabra es la mejor opción a la intolerancia de los lácteos tradicionales. El 10% de nuestra población infantil es intolerante a derivados de lácteos vacunos. Por su cualidad hipoalergénica, la leche caprina es ideal para estos casos, inclusive para aquellos niños ( 20 al 50%) que reaccionan adversamente a otros tratamientos. Por sus proteínas, vitaminas y sales minerales, son sorprendentes los resultados. También es beneficiosa para los adultos: el 40% de los pacientes intolerantes a la leche vacuna tolera perfectamente a la leche caprina, siendo también un excelente complemento nutricional para ancianos. Por sus propiedades, su sabor y precio accesible, la leche caprina es cada vez más prescripta por los profesionales médicos y nutricionistas.